sábado, 21 de febrero de 2009

En el principio


Las semillas de la inspiración florecen en la más humilde y mínima condición favorable. En una cabina telefónica me encontré con un mensaje. Un mensaje muy cerca del teléfono público que guarda el secreto de tantas conversaciones, de tantas confesiones, quejas, reclamos y declaraciones de amor. ¿Qué decía el breve mensaje? Ni más ni menos que: Todo principia en tus labios. Los labios son el vehículo para la palabra, el gesto amoroso. Los labios son el sello del amor. Y quien lo ha vivido y sentido alguna vez lo puede afirmar y sostener en voz alta. Todo principia en tus labios, es más, la historia de la humanidad en este mundo principió en unos labios que se unieron. En el principio fueron los labios, en el futuro serán los labios.

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