Mirar, ser mirado y mirarnos son tres instantes diferentes donde el acento de las sensaciones y de los sentimientos cambia de tono. En el mirar la boca, los labios tienen un papel singular. Dicen que la historia del mundo comenzó con un beso. El primer beso es un punto de llegada y también un punto de partida en toda historia amorosa. No hay beso sin boca y la boca es para besar. Hay de bocas a bocas. Las hay grandes, pequeñas, delgadas, abultadas, escondidas y exuberantes. La sabiduría amorosa dice de la boca algo breve y seductor:
Tu boca convoca.
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