martes, 14 de abril de 2009

No lo puedo creer

No lo puedo creer es una exclamación bastante frecuente que igual funciona para señalar la desgracia y su carga de negatividades que para asombrarnos ante los imponderables, sopresas, regalos, y mimos que nos da la vida a la vuelta de la esquina. Parece que el mundo se divide entre crédulos e incrédulos-
Un día durante un café sin prisa y con pausas, sorbo a sorbo llené una servilleta con mis no lo puedo creer como
No lo puedo creer que el gobierno me devuelva los impuestos que pagué de más el año pasado…
No lo puedo creer que en pleno abril caiga una nevada copiosa y luego reine un arcoíris sonriente de lado a lado en el desierto.
No lo puedo creer que el gobierno del desgobierno tomé la iniciativa y se baje los sueldos sin que la población se hubiera quejado, manifestado y reclamado innumerables veces y en todos los tonos imaginables.
No lo puedo creer pero también hay días que los vivo llanamente sin decir: no lo puedo creer.
No lo puedo creer pero el producto mágico de la tele resulta que sí funcionó –ya vez que si lo anuncian en la tele es una forma de fraude con mucho ingenio. Casi no lo puedo creer …



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