domingo, 18 de octubre de 2009

El Paraiso


La gente del desierto como cualquier ser humano tiene anhelos y deseos. Un deseo constante es tener un jardín, pequeño, mediano o grande pero un jardín. Desde que se consigue el terreno urbano o rural, el jardín está en la mente y en el sentir de nuestra gente. En el desierto se valoran los jardines -no siempre se cuidan como debiera- pues una pequeña planta contiene a todo el verde del mundo. El jardín nos remite casi obligadamente al jardín mítico que fue este mundo y sus convivientes y que por varias sin razones perdimos y estamos en el exilio de lo que fue nuestra mejor forma de vida. A estas alturas recuerdo que en la antigua Persia acuñaron una querida palabra paradaeza de donde deriva paraíso que quiere decir jardín. Sea como fuere, en Persia como en el desierto chihuahuense, fincamos nuestra felicidad en tener y cuidar un pedacito de paraíso o jardín. Y si esto ya es valiosísimo qué decir de aquellas vidas que son tan buenas y fértiles de las que se podría decir que son un jardín, un paraíso para los demás seres humanos.

No hay comentarios: