viernes, 9 de abril de 2010

Bitácora

Ayer fue el caballo y las carretas, hoy son vehículos motorizados en rutas pavimentadas, pero la mar en la que navegamos es la misma, el desierto. Ayer como hoy se levantan marejadas, grandes olas de viento y arena .Ayer como hoy la vista se nubla y la mano aprieta para mantener el timón de proa. Cruzando el desierto soy un navegante más en medio de cualquier tormenta en una Chevrolet con muchas horas y muchas millas náuticas. Ayer, hoy, mañana, los que navegamos en este mar entre un puerto y otro tenemos algo en común: la mirada enfrente, el pulso firme y no perder de vista el rumbo. Navegar es vivir y la vida es un viaje con punto de partida y punto de llegada. Hoy, en el postrer domingo del segundo mes del año queda anotado en mi bitácora de navegante: cielo cerrado casi negro, vierntos en contra, escasa visibilidad pero la decisión esta puesta mirando al norte como dice la Rosa de mis Vientos -Rosa Naútica-

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