martes, 13 de julio de 2010

Al día siguiente


Dicen que, después de la borrachera viene la resaca,la cruda,después del éxtasis llega la realidad horizontal y a veces, abismal, de la cotidianidad.
Después de un mes de futbol planetario, me llega la ola de la nostalgia, ese ardor que duele, ese dolor que arde.
Ha terminado nuestra fiesta cuatrienal planetaria la que nos hace Uno tras la pelota  -ayer de trapo o cuero y hoy de fibra sintética-   reacia para las manos y huidiza para los pies.
Me quedo con los  asombros.
Asombrado.Media humanidad ,unos 3,000 millones de pares de ojos siguiendo al baloncito.
Asombrado.Ni partidos politicos,ni religiones,nos tienen y nos mantienen tan unidos por tanto tiempo seguido.
Asombrado.Los grandes quedaron fuera,lo pequeños sugieron de la nada  -haciendo mucho con poco y más con la fuerza interior que con la danza de los millones.
Me asombra que en la inauguración y en la clausura no fueran artistas negros lo que nos hablaran de Africa sino nuestra rubia  Shakira y que no fuera el presidente sudafricano quien entregara la soñada copa a los ganadores.
Seguiré escuchando por muchos años a las vuvuselas y a los tambores que son la voz de un pueblo y el recuerdo de como late su corazón.
Asombro.De nuestra mayúscula América quedó el minúsculo gigante Uruguay.Vino desde abajo y llegó a las alturas y nos recordó ,en su sobrenombre Garra Charrúa, algo que es imprescindible: coraje, decisión, atrevimiento, unión.
En pleno siglo 21 volvemos a reconocer que en nuestras venas circula esa inspiración valerosa llamada charrúa, guaraní,mapuche,inca,azteca,maya. 
Ya es leyenda, para las nuevas generaciones, el porte,el talante de un equipo con el maestro O.W.Tabáres, entrenador,  y  Diego Forlán al frente  . Mañanas, medio día y tardes con sus noches han estando preñadas de emociones -reflejo deportivo de lo que es la vida,con sus apuestas y sus pronósticos, triunfos y decepciones- 
Emociones contrapuestas y teñidas por el ansia de llegar al final y al mismo tiempo la nostalgia en el horizonte al presentir que toda fiesta llega a su fin.
La copa se queda con España,merecidamente.
Me quedo con el valor de león africano en el campo de juego, como Ghana, y con cierta nostalgia al ver que la técnica futbolística puede ensombrecer esa habilidad africana para bailar y jugar con el balón.
De este lado del mar me quedo con Uruguay  -nuestros atrevidos sobrevivientes en la grama de Sudáfrica, hace mucho tiempo en la nieve de los Andes y  muchas veces sobrevivientes del fuego  de las armas.

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