Decimos que el día se divide en día y noche o que el día está formado por la sucesión de día y noche. Lo que olvidamos es que hay un punto intermedio de transición llamado por unos: penumbra, aurora, claroscuro, entreluces etc. Este punto puede servirnos, metafóricamente, para considerar a esa transición como un momento de reflexión, un momento para ejercer la crítica, es decir, ponderar la validez o verdad de una afirmación, de un principio, de una ley. Una característica de la forma de pensar en estos días es la preferencia por las opiniones, afirmaciones y juicios categóricos como si la realidad fuera blanca o negra, buena o mala. La realidad como el día incluye esa área de sombra o semi claridad en la que hemos de detenernos. No hacerlo es perder una oportunidad para honrar a nuestra inteligencia –en el mejor de los casos- o abonar al crecimiento de un hábito mental llamado pereza intelectual. Hace un par de milenios Confucio detectó esta condición humana y puntualizó: Cuando todos hablan mal de algo, examínalo bien. Cuando todos hablan bien de algo, examínalo bien. La disciplina intelectual pide de nosotros ejercer nuestra habilidad para examinar y poner a prueba todo aquello -cosas, personas e ideas- que nuestro entusiasmo o aversión repentinos nos lleva a olvidarnos que existe un momento de transición entre la noche y el día.
Es una antología de las Cartas del Desierto que trasmito en Radio Universidad 105.3 FM y 1310AM, Chihuahua. Mexico. Una mirada sobre el mundo, la vida y la historia Social desde el desierto Chihuahuense en el Norte de México. Escribo y comparto mis sentires mientras vamos de camino: Si estas Cartas te ayudan y las reproduces, cita al autor y a la fuente. ¡Gracias por escribir tus comentarios¡ -La vida abre la puerta,nosotros hacemos el camino-
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