Todo comenzó en este mundo con el punto, la mínima expresión de la presencia: un punto. Pero un punto en sucesión dio a luz a la línea en sus diferentes ritmos como es la línea ondulante, recta, quebrada, zigzagueante o curva. Hablando de curva y curvas, la curva se convierte en espiral en elipse o en círculo y circunferencia. Entre todas estas hermosas formas nacidas del humilde punto me detengo en lo circular, en lo redondo y rindo homenaje a lo redondo del sol y de los astros todos, a lo redondo del balón de la alegría masiva, al redondo cuenco donde como y a tus ojos que como redondos astros me miran al llegar y al partir. Redondo es el gozo y el buen negocio, redondo es el descubrimiento anhelado, redonda es la amistad y redonda la hospitalidad. Por tanto y por tan poco tenemos en la mente que el universo es redondo y no quebrado, que la pelota rueda y rueda circular dejando su cauda de alegría en el futbolito llanero –como decimos por aquí- Creo que los sentimientos son redondos -no quebrados ni planos, ni rectos- creo que los besos también son redondos y que la música que salía del viejo radio ovalado y los discos de acetato con la roja etiqueta circular de la Voz del o del Ángel Cupido circulares fueron. Que no se me acabe la tinta para decirles que estoy viendo nacer más allá de mi ventana a la redonda sonrisa de una luna llena que se ríe redondamente de estos piropos que le envío…en un sobre redondo.
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