Hay seres que pasan a la historia por una frase que les resume la vida, por un acto heroico, por una genialidad. Me detengo en Pitágoras de quien se cree que sólo supo de teoremas[1] y abstracciones lógico matemáticas. Como ser humano fue un buen conocedor de sus contemporáneos cuyos intereses desbordados le llevaron a pintarnos un cuadro preciso de cómo somos los humanos: El ser humano es mortal por sus temores e inmortal por sus deseos. Los deseos que engendramos dicen de una aspiración infinita y desbordada propia de los dioses. Sin embargo, basta un pequeño dolor, enfermedad ,un tropiezo y contratiempo en la vida para que los temores asalten el trono de nuestras vidas y nos revelan que a la vuelta de la esquina esta vida tan acariciada puede esfumarse.
[1] Proposición demostrable lógicamente partiendo de axiomas – principios tan evidentes que no necesitan demostración- mediante reglas de inferencia aceptadas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario