lunes, 24 de octubre de 2011

Caballito de lata

¿Qué necesitan los escribientes para escribir?. La lista es magra. Uno dice al cielo: necesito un mendrugo de pan y un vaso de leche. Otro dice: necesito una mesa  o tal vez, algún día, una pequeña mesa para comer y otra para escribir. Otro anhela: necesito un paraguas para no llegar hecho sopa. Mas el buen Julio, en los tiempos de la abundancia recorriendo su amado Paris pudo decir: …me fui al museo de Arte Moderno a ver los Picassos y los Matisses (…) a las cinco me echaron (…) de ahí crucé el puente (…) luego mi caballito de lata me trajo aquí.  Ah, el caballito de lata o una vieja motoneta Vespa de italiana manufactura sin la cual es imposible imaginar a Julio en París.  ¡Cuán poco  necesitan los escribientes para dejarle al mundo la herencia luminosa que nos hace felices!



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