sábado, 8 de octubre de 2011

Los importantes y los útiles

En la vida diaria aprendí el valor de la utilidad de las cosas y el valor de la utilidad de las habilidades personales naturales y aprendidas para hacer algo. De ahí las destrezas que a uno le señalan o las que yo mismo descubrí en el fluir del tiempo. Hay tres grandes familias de utilidades como las del pensamiento, las afectivas o emocionales y las prácticas. Puesto todo en sencillo unos seres humanos son útiles para otros por sus habilidades para comunicar y se, mientras otros son buenos escuchas y comprensivos. También apreciamos a quienes saben resolver con destreza dificultades prácticas que tienen que ver con la vida diaria, desde el plomero y el carpíntero, el pintor y ele electricista, hasta un traductor y la enfermera. Así hemos vivido por siglos hasta que de pronto algo se ha confundido hasta tal punto que un hombre útil y hábil en variados menesteres de servicio a su patria dijo con tono de alarma que yo comparto: El grave problema de los hombres de esta época, es que en lugar de ser útiles lo que quieren es ser importantes[1]. ¿Qué es ser importante? Hoy se entiende como ser conocido por muchos, ser famoso, estar en la boca de los comentaristas o tener alto rating (léase  alto puntaje o calificación). Se nos ha extraviado algo básico: valemos en la medida en que somos hábiles para servir a los demás seres humanos y contribuir a su mejoramiento. Esta característica corresponde a la bien llamada auto trascendencia[2].











[1] W Churchill

[2] V Frankl

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