sábado, 19 de noviembre de 2011

Larga espera

Las necesidades humanas van de la mano con los taxis, decía un amigo. Tengo urgencia de trasladarme al otro extremo de la ciudad, espero, espero casi desespero y de pronto da la vuelta en la esquina un taxi. He ahí una gran oportunidad. Tiene la luz encendida, señal de que esta libre. Se detiene y sin dudar me subo y me dirijo a mi destino. Aquí todo está muy claro pues la oportunidad es apreciada en proporción a la necesidad y a la urgencia. Pero hay puntos intermedios donde la necesidad no es tan apremiante y la oportunidad no es escasa y me permito dudar, me permito posponer, dejar pasar... El punto es que este dubitar tiene un límite pues también sucede que algunas  oportunidades son como los amaneceres, si esperas demasiado tiempo, pasan, se te van…los pierdes.El amanecer como el ocaso son los momentos del día donde se hace patente la fugacidad de la vida.






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