lunes, 26 de diciembre de 2011

Nudos y nudos

Nunca fui boy scout pero siempre me gustó acampar, cruzar el rio subir al monte trepar a la montaña y sentarme en una peña, hacer fuego, cocinar con leñar, caminar mucho. Entre esos gustos estaba aprender cómo se hacían los nudos. Nudos para asegurar la tienda, la mochila, los botines. Paso el tiempo y mi padre me aprendieron cómo se hace el nudo de la corbata. Admiro a quien es diestro haciendo nudos, es tan necesaria esa arte menor en la vida diaria sin olvidar que hay que aprender a desatar los nudos. Un día le presumí a mi padre que había hecho el nudo más complicado y me respondió con una sonrisa pícara: puede que ese nudo sea complicado per el más duro de traer  es un nudo en la garganta.  Esa expresión nos dio tema para otra la conversación que un día les contaré. Hay de nudos a nudos...

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