Paul Claudel nos regaló un relato llamado Los Tres Canteros, quienes, al pie de una catedral europea en construcción están haciendo el mismo trabajo: tallar piedras, y un hombre se acerca y les pregunta a cada uno de ellos: ¿qué haces? El primer cantero contesta: tallo piedra. El segundo cantero contesta: me gano la vida. El tercer cantero contesta: ¡estoy construyendo una catedral!
La misma acción tiene diferentes significados para los tres canteros. Puedo trabajar para vivir y sólo eso. No hay una intención, ni propósito más allá. Puedo trabajar y descubrir la dimensión trascendente de mi trabajo –la catedral es un espacio de serenidad, oración para la humanidad. Actitud de dedicación, actitud amorosa en lo que hago.
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