Hay ciertos indicadores y rasgos típicos de cada tiempo de la historia humana. Observando al siglo 20 y al incipiente siglo 21 noto y coincido con otros seres humanos en que la Velocidad es uno de los rasgos característicos de nuestras civilizaciones, sociedades y modo de vivir. Pero si vamos más allá descubriremos que el llamado progreso humano es sinónimo de velocidad y hasta el éxito es sinónimo de velocidad. Cuando veo el anchuroso paisaje humano observo que la mayor parte de las personas que son consideradas como seres que han aportado en calidad, humanismo, bondad y buen ser a sus comunidades, son aquellas que se caracterizaron por tener un horizonte claro y definido que supieron conservar pese a las circunstancias adversas. Podríamos concluir con una luminosa expresión –cuyo origen lamento desconocer- que leí hace pocos días: El progreso tiene poco que ver con la velocidad, pero mucho que ver con la dirección. La dirección es sinónimo de norte, de brújula y rumbo afinado.
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