Hacia las 6 horas de una mañana fría de primavera de 1945 el estruendo de los cañones, el ruido metálico atronador de las orugas de los tanques y los disparos de la fusilería se presentaron ante el portón del campo de concentración de Türkheim -satélite del campo mayor de Dachau- Fue el ejército aliado quien a través de su División aerotransportada y su ejército artillado liberaron a la Baviera. De entre esos despojos humanos surgió tambaleante e incrédulo el prisionero 119104 . Nació a una nueva vida en libertad. Hoy evoco a esas llanuras verdes, a esa frágil libertad que, con los años, se convirtió en un campo de espléndidas realizaciones terapéuticas,filosóficas y humanitarias. Ese hombre fue Viktor Frankl (Viena 1905- Viena 1997. In Memoriam, con gratitud indeleble.
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