lunes, 7 de mayo de 2012

Doce colores



El viejo profesor tomó entre sus manos una cajita de cartón que contenía doce lápices de colores. La pasó de mano en mano, Todos los vimos, los revisamos en su forma, colores y hasta aroma a madera. En su breve riqueza de expresión por su origen japonés dijo: Doce lápices, doce colores. Su objetivo pintar. Su tarea: hacerlo bien.Su recompensa: la belleza de lo bien hecho a partir de la diferencia de los colores pero de la unidad en el trabajo. Los colores no son útiles sin una mano sensible que los guíe. Cada lápiz se puede quebrar fácilmente, tiene una fragilidad de origen. Los doce lápices juntos, amarraditos muy difícilmente una mano humana los puede quebrar. A tantos años de distancia esa escena de mi niñez sigue siendo la metáfora del grupo, de la familia-grupo, de la escuela-grupo, de la empresa-grupo. De la nación-gran grupo y equipo humano. ¿Qué más queremos?. Gracias mi profesor. No te olvido.

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