La empresa

Se dice, se proclama y se defiende que en una nación moderna libre y democrática hay tres poderes constituidos por servidores del pueblo:  gobernar, legislar y hacer la justicia. Además se afirma que el motor de la economía nacional tiene dos componentes: las empresas de particulares y las empresas públicas  -con capital  formado por los impuestos de los ciudadanos. Pues bien, me detendré ahora en la empresa de particulares. Lo observado por mí se lo debo y agradezco a un viejo amigo japonés mexicano. La empresa típica es un barco -con clase de lujo, clase media y tercera clase en el fondo. La primera goza de comidas,baños,aire acondicionado de primera .La segunda los tiene austeros y los de tercera son una pocilga nauseabunda. Pero ¿de quién es la empresa?. El de los de primera clase, se dirá. La verdad es que el llamado dueño de la empresa lo es del capital y nada más. Todo lo demás existe gracias al trabajo de todos, del primero al último, donde se incluye a proveedores y prestadores de otros servicios vitales para que la empresa funcione. Según este viejo amigo, en su empresa el dueño tiene el mismo tipo de baño que los operarios y la comida es la misma para todos y el llamado dueño entra antes que todos y se va después que todos y pone el ejemplo. Ah, y el sueldo. El sueldo no es sólo dinero. El sueldo en dinero es poco, si no va acompañado del sueldo moral que es el reconocimiento y gratitud que el dueño ha de sentir  y expresar vivamente por la lealtad, y la dedicación de todos sus colaboradores. Cuando estos dos sueldos son justos y buenos la no rotación del  personal y la lealtad a la empresa serán reales. Quizá estas observaciones  -presumirán algunos, no son nada nuevo. Tal vez. Pero me han sido iluminadoras, estoy agradecido y considero que la familia, la escuela y otras instituciones, son empresas en alguna medida, y mucho podemos aprender unos de otros. ¿Cuantos empresarios tienen este concepto y ésta práctica ética?, me pregunto e ignoro la respuesta.