miércoles, 9 de mayo de 2012

Limpio

Don Matías, Nico y Pedro son un buen equipo de trabajo. Cada martes, jueves y sábado pasan a las 7 de la mañana a bordo de su reluciente camión recolector de la basura. Don Matías ,el conductor se siente orgulloso de su trabajo aunque él sabe que es uno de los trabajos que están en el sótano del reconocimiento social.   Segunda escena, un viejo amigo de padres japoneses me contó que los niños son los encargados de limpiar su salón de clase,lavarlo,ordenarlo y dejarlo listo para la nueva jornada.Aperenden a usar el trapeador, el agua, la escoba, tienen un sentido de equipo de bien común, de orden y limpieza. En la escuela japonesa no tienen personal sueldo para la limpieza. Ese bien lo reproducen en sus centros de trabajo en sus escritorios,máquinas,almacenes y en sus hogares. Lo que aprendimos de niños -con cariño y vivimos su valor practico- es la base para tener calles limpias, ciudades limpias, ríos limpios, campos limpios, mares y lagos limpios –que es sinónimo de salud personal ,comunitaria,planetaria.Lo alarmante es que la cantidad de basura que se produce en los hogares y centros de trabajo va de la mano con las montañas de basura tirada en todo el planeta y nos atenemos a que un buen y anónimo Don Matías levante lo que nosotros tiramos. Admiro a las solemnes virtudes como la libertad la verdad, la justicia, pero la humilde limpieza es el punto de partida  callado y con gran fuerza transformadora -cuyo ejemplo arrastra y seduce.

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