jueves, 3 de mayo de 2012

Una tacita de café





Espresso romano
Hay cosas y procederes en la vida que se aprenden por la propia experiencia guiados de la mano de la intuición y el sentido común. Hay otras acciones llenas de particular encanto que se aprenden de padres a hijos o en su defecto alguien ingenioso como el buen Julio nos dejó una serie de instrucciones prácticas y deliciosas  para hacer bien lo que merece ser bien hecho  -dicho sea de paso Julio se inspiro en unas instrucciones impresas para subir la Scala Santa- . Con una mezcla de humor y de ironía echo de menos q unas instrucciones sencillas y hermosas sobre cómo beber una tacita de café   -imaginémonos un buen café, un espléndido expreso con un libro, buena compañía, mirando el fluír del río o perder la mirada en el horizonte entre puentes, cúpulas, campanarios y atardeceres.

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