Cada cual -sea niño o viejo niño- tenemos nuestros juguetes y cuáles son, es
asunto de cada cual, pero es difícil pasarse los años de la vida sin algún
juguete. Mi buen Julio recibió en una navidad romana un espléndido
Caleidoscopio que lo hizo brincar y maravillarse de gusto y pasar horas absorto
en sus giros mágicos. Además de ser uno de sus juguetes preferidos le sirvió,
como decía pícaramente ,como prueba psicológica para detectar las afinidades
con sus amigos y conocidos o confirmar la gran distancia que se da entre ellos.
Emulando a las pruebas proyectivas como la famosa prueba de las láminas con manchas
de tinta o Test de Rorschach, Julio ofrecía a sus visitas que jugaran por unos
minutos con el caleidoscopio y si su amistad enloquecía y saltaba en el aire
ante la maravilla de tal juguete ,esa visita pasaba a formar parte, instantáneamente
,de su equipo conocido universalmente como el equipo de los Cronopios. ¡Que
manera tan feliz de saber, simplemente, si estamos ante alguien que conserva su
parte de niño curioso y admirado o es un adulto que perdió a su niño en no
sabemos dónde, ni cuándo.
Es una antología de las Cartas del Desierto que trasmito en Radio Universidad 105.3 FM y 1310AM, Chihuahua. Mexico. Una mirada sobre el mundo, la vida y la historia Social desde el desierto Chihuahuense en el Norte de México. Escribo y comparto mis sentires mientras vamos de camino: Si estas Cartas te ayudan y las reproduces, cita al autor y a la fuente. ¡Gracias por escribir tus comentarios¡ -La vida abre la puerta,nosotros hacemos el camino-
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