Una
tarea perenne que nos acompaña de la cuna a la tumba ,como se suele decir, es
aprender a vivir y no negar nuestras emociones, aprender a guiarlas y no dejar
que nos arrastren ,convertirlas en amplias y blancas velas para captar los
vientos de la vida y nos lleven a buen puerto.
Largo y nada fácil aprendizaje pero indispensable, inevitable,
intransferible. Entre todas las emociones está el enojo, la rabia, la indignación
y son los grandes vientos que mueven a nuestras vidas. Gran reserva de fuerzas
que -puestas a trabajar a nuestro
favor- nos llevarán al buen destino. Por
todo ello no dejo de lado la sabia brevedad de este recordatorio de mi querido
R.W.Emerson: Por cada minuto que estés enojado habrás perdido sesenta segundos de
felicidad.
Es una antología de las Cartas del Desierto que trasmito en Radio Universidad 105.3 FM y 1310AM, Chihuahua. Mexico. Una mirada sobre el mundo, la vida y la historia Social desde el desierto Chihuahuense en el Norte de México. Escribo y comparto mis sentires mientras vamos de camino: Si estas Cartas te ayudan y las reproduces, cita al autor y a la fuente. ¡Gracias por escribir tus comentarios¡ -La vida abre la puerta,nosotros hacemos el camino-
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