lunes, 6 de agosto de 2012

Caricato





Allá, en la Europa del siglo XVII la imprenta comenzó a ser el vehículo masivo para la trasmisión de las ideas, los descubrimientos y el pulso de la vida nacional. Uniendo arte e imprenta las sociedades encontraron en dibujantes especializados una válvula de canalización de sus descontentos, frustraciones y anhelos. Se hizo presente una aportación italiana que se tornó con los años universal: el caricato  dibujo exagerado, cargado en sus rasgos, de donde deriva nuestra palabra castellana  caricatura. La caricatura toma un aspecto y lo lleva a la exageración con un claro mensaje emocional como la crítica, la burla, la ironía, el doble sentido. No hay aspecto de la vida nacional, persona o institución que no sea caricaturizable. Es una de las conquistas ,una de las libertades modernas. A tal punto que en boca de J.E.Burucúa: En materia de caricaturas no hay corrección política que valga. Veamos que la caricatura es irreverente por naturaleza haciendo de los tres pilares de la cultura su delicia: la sexualidad ,la vida política, las costumbres religiosas con todos sus representantes y protagonistas.[1]

























[1] Para leer más vea: Principios de la caricatura de Francis Grase

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