miércoles, 8 de agosto de 2012

Dichosos



Hay dos dichas que puede vivir un ser humano: nacer en un buen hogar, siendo deseado, esperado y amado y transitar de este mundo rodeado de amor, en paz y en su hogar. La realidad suele ser diferente para no pocos seres humanos. Me detengo en la segunda y vemos cada día que las fantasías y las realidades en torno al propio tránsito de este mundo son por demás inciertas,azarosas,complejas y complicadas,cargdas de ansiedad, dolores y culpas. Para terminar el cuadro llega el momento en que el encargado del registro civil de defunciones anotará en el aparatado que dice causa de la muerte algo tan variado y casi infinito como: paro respiratorio, traumatismo, paro cardiaco, atropellamiento, envenenamiento, suicidio, heridas por arma de fuego, punzo cortantes y una larguísimo etcétera. Con todo lo mencionado sólo quiero destacar que la llamada muerte por causa natural o vejez simple y llana es más rara que un diamante. Fue Efraín Huerta quien nos dejó un poema mínimo de inspiración en el haiku que resume la alegría de quien puede irse en paz: Hoy amanecí dichoso, herido de muerte natural.





No hay comentarios: