No recuerdo
Hay dos enfermedades que mantienen a los
científicos en una imbatible tarea: curar todas las formas agresivas de cáncer y el sida. En el plano psíquico y espiritual hay dos fenómenos que nos intrigan mayúsculamente: superar las
raíces que generan la sed de venganza
(con toda su rabia, enojo, etc) y
la posibilidad de perdón. Ante todos
estos pesares humanos mi buen Jorge Luis
Borges -que no fue ni médico ni
psicoterapeuta pero sí fue un ser humano sensible y compasivo a su manera- nos dejó una buena noticia diciendo: Yo no hablo de venganzas ni perdones. El
olvido es la única venganza y el único perdón. El verdadero olvido es similar a cualquier cosa que aprendimos de niños y con el
paso de los años se esfumó de nuestra memoria sin dejar rastro, sin hacer ruido
ni polvareda, como una hoja al viento, como un barco anciano que descansa en el
fondo de los mares. Hay seres humanos que nos muestran una expresión afable y
en paz cuando son interrogados sobre algún hecho o persona que pensamos les
causaría alguna irritación o rabia
recordar y escuchamos como única respuesta un sencillísimo: No recuerdo…
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