viernes, 7 de septiembre de 2012

No estoy solo







Soy habitante de este mundo y del desierto por elección. La vida en estos parajes de felicidad natural, silencio natural y presencias naturales  calladas  -como la arena, la brisa, los copos, las hojas al viento, los gansos en su vuelo y los zorros enamorando  a la luna llena-   es un regalo cotidiano. Mi despensa del alma abunda en algo para leer, y algo para escuchar. Con todo y lo hermosa que es la música compuesta por los humanos, hay días que no me es indispensable, porque me he familiarizado con la música de las esferas celestes y las sinfonías del viento, la lluvia escasa, y el crepitar de los leños. Resumo estas vivencias naturales con un bello haiku mexicano:
Golpea el viento
mi ventana, me recuerda
que no estoy solo[1]
















[1] Inspirado por C López Moctezuma

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