El
campo llora
a
través de los ojos
del
sauce[1]
De
entre todos los árboles el sauce llorón es
uno de mis más queridos. Muy calladito, añoso, leñoso. Sauce generoso en
follaje ,sediento, huésped de las acequias, dador de sombra, besa las aguas
cristalinas y ellas se dejan
acariciar por su larga cabellera. En los altozanos de las cordilleras, en los
lechos de los arroyos de nuestro desierto el sauce llorón se refugia y
su presencia es hogar para los pájaros, señal inconfundible para los arrieros y
labriegos y descanso para los trashumantes.
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