miércoles, 24 de octubre de 2012

Los desiertos






Formo parte de un equipo de enamorados. Sí, por lo que llevo contado, vivimos en este equipo algunos enamorados de los desiertos de mundo. Desde niños tenemos en común que nos fascinaban esas grandes extensiones representadas en los mapas con color claro cercano al color arena o al blanco. Pasaron los años y para mi sorpresa esas realidades ,primero imaginadas y luego caminadas dejaron de ser exclusivamente mares color arena sino desierto blancos como la nieve ártica o verdes como el amazonas, o azules como los mares de agua o los mares del cielo y de los cielos. Todos ellos tienen en común algo más allá de su silencio, su vacío y su color. Lo común es que nos regalan un espacio para el silencio interior y para darnos cuenta de lo poco que necesitamos para vivir realmente . Pero, además, los grandes desiertos nos devuelven la conciencia de nuestra verdadera estatura que cuanto más apegada a la vida en las ciudades se infla  pero cuando estamos en esos mundos del silencio recuperamos nuestra sencilla y humilde dimensión de miniaturas humanas.

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