Para los adultos como para los niños nos
es fácil imaginar cómo es otro ser humano por dentro, más allá de sus
apariencias. El asunto se complica para nuestra imaginación y para nuestra sensibilidad
cuando tratamos de imaginar las cualidades interiores de un ser humano cuando
su exterior esta destruido parcial o totalmente por una discapacidad. Difícil
es imaginar el mundo de un ciego, de un quemado, de un paralítico con distrofia
muscular y así otros tantos padecimientos. Por tanto, la práctica de la
verdadera y plena creatividad ha de estar encaminada a que podamos redescubrir
la riqueza y la nobleza de los paisajes humanos interiores más allá de la
primera barrera a nuestra imaginación que es la corporalidad, el cuerpo
lastimado. Una mezcla de mirada, y genuina compasión serán indispensables para
nuestra imaginación. Dijo hace poco el buen Pepe Gordon: Todo niño es un gran
imaginante y todo imaginante tiene despierta la capacidad
de asombro del niño.
Es una antología de las Cartas del Desierto que trasmito en Radio Universidad 105.3 FM y 1310AM, Chihuahua. Mexico. Una mirada sobre el mundo, la vida y la historia Social desde el desierto Chihuahuense en el Norte de México. Escribo y comparto mis sentires mientras vamos de camino: Si estas Cartas te ayudan y las reproduces, cita al autor y a la fuente. ¡Gracias por escribir tus comentarios¡ -La vida abre la puerta,nosotros hacemos el camino-
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