miércoles, 10 de octubre de 2012

Madura e inmaduras






Nuestro desierto tiene el privilegio de contar con una extensa y rica zona dedicada al cultivo de la manzana. Grandes huertas se extienden en  llanos y colinas. Llegó el verano  y según la imaginación de un amigo manzanero sucedió que : Un día se cayó una manzana del árbol y sus compañeras comenzaron a reírse. Te caíste, jajá, te caíste, jajá. La manzana que reposaba en la tierra les dijo con picardía: ¡Cállense inmaduras!




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