viernes, 4 de octubre de 2013

Ni suerte ni azar




En orden de preferencias pareciera que el ser feliz ocupa el primer lugar en la vida humana. Suele suceder que cada ser humano tiene su propia formulación sobre qué sea la felicidad y el cómo alcanzarla. Ahí es donde intervienen los matices entre uno y otro. Es la actitud que elegimos ante los acontecimientos y las circunstancias que los rodean lo que cuenta finalmente. Me  ayuda recordar  la anotación de Mihály[1]:  “…la felicidad no es algo que sucede. No es el resultado de la buena suerte o del azar. No es algo que pueda comprarse con dinero o con poder. No parece depender de los acontecimientos externos, sino más bien de cómo los interpretamos.”





[1] Mihály Csíkszentmihályi


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