De ellos hay consenso sobre su inútil valor
De ellos se piensa que sólo existen para
molestarnos
De ellos se piensa que lo mejor es
eliminarlos con matamoscas, venenos, plaguicidas, venenos, y con un periódico
enrollado.
El buen J.E. Pacheco los retrató
escribiendo: Nacen en las
pantanos del insomnio.
Son negrura viscosa que aletea.
Vampiritos inermes,
sublibélulas,
caballitos
de pica
del demonio.[1]
Lo que no se ha dicho que en la natura todo lo que llamamos malo, como la hierba mala, es ignorancia pues esa hierba cumple una función benéfica dentro de la cadena de eslabones de la vida.
Lo que no se ha dicho que en la natura todo lo que llamamos malo, como la hierba mala, es ignorancia pues esa hierba cumple una función benéfica dentro de la cadena de eslabones de la vida.
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