miércoles, 25 de junio de 2014

El Silbante


En Nueva Zelanda en 1883 un árbitro no podía hacerse escuchar por los jugadores de fútbol que estaban alborotados y gritaban continuamente. El árbitro  tomó de su bolsillo un silbato y lo empleó por primera vez  y el juego se detuvo. A partir de ese día hasta hoy el silbato se emplea con gran eficacia y con variedad de tonos según que sea el inicio o la finalización del partido, el medio tiempo, un tiro libre o de penal. El sonido del silbato lo recordamos los aficionados y los jugadores pues su huella es indeleble indicando triunfo o tragedia. Algunos comentaristas han llegado a nombrar al árbitro como “el silbante” y ese pequeño instrumento es un rayo que recorre de punta a punta todo el estadio y resuena en el mundo entero. 




No hay comentarios: