domingo, 22 de junio de 2014

Entre la vida y la muerte



GPH
Una de nuestras cualidades humanas es la habilidad para tratar de adelantarnos a la realidad olvidando que cada segundo es cada segundo y un partido de futbol dura noventa minutos oficialmente dividido en dos tiempos. Además el árbitro puede añadir unos minutos de juego como compensación por los minutos de juego perdidos. En este escenario es donde me hace gracias que algunos comentaristas se adelanten y publiquen frases que quieren ser lapidarias -según sus preferencias- para decir cosas como tal equipo ya perdió, ya está eliminado. Pero la realidad nos hace un guiño y se ríe de nosotros pues suele suceder  -y este campeonato no ha sido la excepción-   que los milagros suceden y en el minuto 89 la pelota entra como un balazo en la portería contraria y el muerto resucita, el condenado es indultado y el perdedor empata o simplemente gana con toda su alma. Cierto el dicho de nuestros viejos en el desierto: El partido tiene noventa minutos y se acaba cuando se acaba y todo puede suceder. Y para más, en la agonía de los minutos de compensación, es cuando un gol hace la diferencia entre la muerte y la vida.


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