Cuando observo detenida y
amorosamente a los niños descubro que ellos descubren primero las cualidades de
las cosas ,de los animalitos y de las personas. Sólo más adelante y por obra de
la cultura en la que están domesticados aprenden el lenguaje de lo
cuantitativo. Para muestra un botón en boca de nuestro querido A de Saint
Exupery: A los mayores les gustan las cifras. Cuando se les habla de un nuevo amigo,
jamás preguntan sobre lo esencial del mismo. Nunca se les ocurre preguntar:
¿qué tono tiene su voz? ¿qué juegos prefiere? ¿le gusta coleccionar mariposas?,
pero en cambio preguntan: ¿qué edad tiene? ¿cuántos hermanos? ¿cuánto pesa?
¿cuánto gana su padre?. . . Solamente con estos detalles creen conocerle.
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