sábado, 4 de octubre de 2014

Para escribir




La lapicera o el lapicero, según se prefiera, nació para escribir. El lapicero o la lapicera es como el gato que ronronea y pasa su  cola por entre mis piernas. La lapicera o lapicero se cuelga de nuestra camisa con un ganchito o habita en un bolsillo cerca del corazón al calor del corazón, al ritmo del corazón. Y cuando la lapicera o lapicero ya ha madurado una idea, unas líneas, una pequeña prosa, una carta, salta  directamente a mi mano y estoy escribiendo, lo que después transcribo en este teclado, que deja en la penumbra tibia a  mi lapicero o lapicera. Ahí, calladita, cocinará alguna nueva historia.


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