Después de largos días lejos de casa, después de estrechos pasillos en los aviones,después de aire artificialmente controlado cuánto anhelo la frescura de caminar,el silencio de caminar, la dulzura de caminar en el amado desierto. ¿Qué necesito? Sólo mis amados pies,mis amadas piernas, la amada respiración un ligero abrigo y bufanda otoñal. Lo demás es ir al paso a paso respirando y sintiendo que el universo está en mi y me fundo en él con un abrazo propio de quien no ha caminado en semanas. Caminar, nuestro ritmo natural para estar en los caminos del mundo.
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