Adan Cortes ha sido conocido mundialmente como portador de un grito ante el mundo que palabra más o menos dijo: Vuelvan la miranda al Mexico ensangrentado -mientras desplegó la bandera de su pais ante la sorprendida audiencia en la municipalidad de Oslo en la ceremonia de entrega del Premio Nobel de la Paz 2014. Un estudiante de la Unam ,Ciudad de Mexico que se las ingenió para viajar hasta Oslo y logró introducirse burlando a la seguridad noruega en una ceremonia que reune a invitados seleccionados previamente. El lacónico Mensaje lo dio en medio de la tragedia aún no resuelta de la desparición de 43 jóvenes que se preparaban para ser profesores rurales en el campo mexicano.Su gesto dividió las aguas mexicanas de la opinión entre críticos acérrimos instantáneos que no soportan que alguien desdore la imagen del gobierno mexicano ante el mundo y quienes automaticamente lo consideran héroe. El fenómeno se observó tanto en Mexico como en la misma Noruega. El jóven no fue un terrorista, ni llevo arma excepto la palabra y su Mensaje fue buscar ser escuchado en una ceremonia de la Paz. Fue multado y pago cerca de 2 mil dolares. Como signo de este jóven siglo veintiuno , me llama la atención la polarización instantanea de nuestras opiniones sobre las instantaneas manifestaciones humanas -como la de este jóven mexicano- que en cosa de " instantes" viajó de Mexico a Oslo y estuvo sentado esperando ese instante preciso.A unos gusta y a otros disgusta pero estamos ante una generación de jóvenes que hacen y harán las cosas a su manera y rompen viejos paradigmas y nos muestran otro concepto y experiencia de lo que es una frontera fisica pero sobretodo ideologica, nos muestran otro concepto del sedentarismo politico y migran a donde su convicción les lleva; nos muestran otro concepto de lo que es hacer un viaje y una utopía que perseguir. Una vez más estamos en la contradiccion entre el juicio sumario y la defensa a ultranza.El camino del medio,es el menos transitado,por lo que podemos observar.
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