miércoles, 22 de julio de 2015

De lo que poco hablamos

Es fácil aceptar un estado de jovialidad, de éxito, energía y salud.
No es fácil aceptar su complemento, como el decaer, el anonimato, la enfermedad.
No nos extraña observar como las casas se hacen viejas y los autos se tornan pasados de moda, las mesas se agrietan, la ropa se decolora y las flores se marchitan.
En el terreno de lo humano la lucha es despiadada para algunos seres humanos en su empeño
por parecer jóvenes y que el tiempo no los toca ni les deja huella -canas, arrugas, manchas en la piel, flacidez... por decir lo menos-  Un gran regalo que le deseo a todo ser humano es que accedamos con buen ánimo y con buen talante al estado de aceptación de las imperfecciones en la vida, apreciando el fluir de la vida en el tiempo.




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