Las piernas van a donde les indicamos y la mano obediente lleva el bocado a la boca y sostiene el libro y cantamos cuando cantamos.Hay obediencia. Pero en el reino de nuestra mente ¿qué sucede? nuestra mente salta de una rama a otra como un pequeño colibrí. Nuestra mente va y viene , es inestable como el viento y cambia de dirección súbitamente. Ahí esta la tarea pendiente de toda nuestra vida. Llegar a practicar tal hábito con tal disciplina que nuestra mente sea una amiga, una aliada nuestra ,una vela que permita que nuestra nave llegue a buen puerto. Ahora podremos comprender las sabias palabras: 'Nada es tan desobediente como una mente indisciplinada y todo es tan obediente como una mente disciplinada' - El Budha- La disciplina es la misma que necesita el pianista candidato a virtuoso pues practica y practica incansablemente cada día hasta que toca su piano con los ojos cerrados.
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