domingo, 13 de septiembre de 2015

Cumpleaños 20





El 13 de septiembre de 1995 escribí la primera Carta del Desierto para honrar a nuestro Desierto de Chihuahua. Inicié una correspondencia  ininterrumpida con oyentes y después con lectores muy queridos. Oyentes digo pues las cartas nacieron y siguen siendo un mínimo programa de radio de 4 minutos,cuya casa es Radio Universidad en la recordada 1310 AM  y ahora en el 105.3 FM. Fue ,digamos, un precursor del Twiter de hoy pero en radio. 5,000 programas  navegan en las ondas de radio y las Cartas en mi Blog de internet desde hace 10 años y se replican instantáneamente en Facebook, Twiter y Tumblr.

Mis Cartas son hijas de la adversidad para variar. Di clases –ad honorem  prácticamente-  durante 7 años en la facultad de medicina y cada semana me reunía con un grupo entusiasta de jóvenes futuros médicos que hoy pasan de los 40  años. “La dimensión psiquica, social y espiritual en la relación médico-paciente” fue nuestro tema. Esa asignatura fue eliminada en el altar de la modernidad y se reemplazó por computación e inglés. Siguió un duelo muy sentido. Una tarde del verano en el Desierto tomé un café con Magali -una amiga psicóloga quien me invitó para  escribir un segmento sobre   ‘lo que quisiera’ para un programa de la Facultad de Enfermería. Me sugirió que mi programa tuviera su firma  musical característica desde el inicio. Otra ronda de café, lluvia de ideas, asociación de recuerdos y experiencias, andanzas por estas tierras y nació el título: Cartas del Desierto.

Vivo agradecido profundamente pues ese día aprendi que cuando la vida te pide o te quita algo con una mano, algo te da con la otra mano –pero eso se descubre con el paso del tiempo-  A mi me permitió aceptar que nada es para siempre, que las clases que ofrecí a 30 muchachos se convirtieron en Cartas que viajan por el mundo entero y tocan puertas,ventanas inimaginables e incontables.
Sobre mi mesa hay notas que dicen: ‘escuchamos las cartas por radio  aquí en la penitenciaria del estado’  -un grupo de presidiarios-, ‘te escuchamos y te leemos en el hospital universitario’ ; ‘somos unas abuelas y nos juntamos a esuchar mientras en silencio tomamos un cafecito’ , testimonios de taxistas son asiduos y uno de ellos dice ‘detengo  mi  taxi, cuando comienza el programa y no me quita tiempo.Por lo contrario,me regala aliento’. Gente de a pie, gente de la calle,como tú y yo.

Para ustedes queridos oyentes y queridos lectores de ayer, de hoy, de mañana  muchas gracias por su compañía.

Guillermo

Desde el Desierto de Chihuahua, 13 de septiembre de 2015.


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