Todo humano aprende a caminar pagando el precio de
caer y levantarse. Ningún niño al caerse y sentir dolor deja de caminar por
miedo a caerse o sentir dolor. Caminar es un imperativo natural y aquí estamos
en nuestro desierto. Nuestra vida es un proceso que va de menos a más. El que
quiera, un día, ser guía en estas
tierras primero ha de aprender a seguir a los viejos y a los viejos sabios. Nosotros
aplicamos la antigua sabiduría que dice: ‘Sigue la senda, aunque dé rodeos;
sigue al jefe, aunque sea viejo’
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