Imaginemos el día con
día de nuestra vida en el desierto desde siglos
atrás. No luz eléctrica, no ferrocarril, no carreteras. Sólo caballos.
Muchos caballos y las piernas para caminar. ¿Noticias? Sólo las que trae el
viento diciendo que se acerca la humedad y más tarde un aguacero, que pronto
llegará el calor, que no tardará en bajar el frío del norte hasta helar y
nevar. Las otras noticias, las de los humanos y sus alegrías y tristezas son
de hace un minuto cuando se inventaron los periódicos, las revistas, la radio y
todo lo demás. Aún hoy en nuestros ranchos, en pleno siglo 21 cuando el sol se
esconde la gente se reúne junto a la estufa
-sea de leña o gas- y comienza la ronda del último alimento, café, la
tortilla de harina y se cierra el día con historia, historias del día, del
campo,de los animales y de los forasteros,de los que van a llegar y de los que
ya se fueron. Los viejos,nuestros viejos son el pilar de nuestra tierra. Aquí
la cultura es conservada con lealtad en la memoria de nuestro pueblo.Nuestra
bibliotecas son humanas. Cuando se nos muere un anciano, una anciana, se muere
con él y con ella una biblioteca y por eso procuramos salvar en vida, con la
memoria, las huellas de sus cuentos, la huella de sus dichos y proverbios, sus
historias de otros tiempos -que como lampara de aceite, ilumine nuestro
presente vacilante y nuestro incierto futuro.
Es una antología de las Cartas del Desierto que trasmito en Radio Universidad 105.3 FM y 1310AM, Chihuahua. Mexico. Una mirada sobre el mundo, la vida y la historia Social desde el desierto Chihuahuense en el Norte de México. Escribo y comparto mis sentires mientras vamos de camino: Si estas Cartas te ayudan y las reproduces, cita al autor y a la fuente. ¡Gracias por escribir tus comentarios¡ -La vida abre la puerta,nosotros hacemos el camino-
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