miércoles, 14 de octubre de 2015

El enfado y la mar en calma




Solemos pensar en que el ambiente geográfico influye en nuestro ánimo: que si mucho calor, que si mucho frío, sequedad o humedad. Algo hay de razón en ello. El entorno social, las relaciones interpersonales y la idiosincrasia de cada cual tienen su importancia específica. Lo cierto es que en el campo, en la ciudad y en el desierto los seres humanos sentimos, nos alteramos y nos serenamos. Todos estos cambios en nuestro estado de ánimo se registran en anotaciones orales, en dichos y proverbios que van de generación en generación. Siendo como somos gente del desierto ,el enfado suele presentarse de vez en cuando y decimos : ‘El que se enfada que beba el agua del mar’ Esta sentencia alude que sólo algo más repelente que el mismo enfado nos puede ‘calmar’ . ¿Y qué es ‘calmar’? Como la palabra insinúa es alcanzar un cierto grado ‘mar en calma’  ó  ‘serenidad’.

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