Desde la aurora de los tiempos nuestro desierto ha sido caminado hasta el día en que aparecieron los primeros caballos. En ese momento el tiempo y el espacio se modificaron y el paso humano se aceleró llevado en las alas de los caballos. El valor de estos compañeros de travesía sigue siendo invalorable. Pero hay algo más valioso y los viejos de nuestro desierto nos lo recuerdan para que lo pasemos a las generaciones que vienen atrás: 'El caballo te sirve para atravesar el desierto; la mujer, cuando te acompaña, sirve para atravesar la vida'El hombre y la mujer son llamados de diversa manera pero una muy valiosa es ser 'compañeros en el camino'.
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