El día 26 de marzo de 1945 el prisionero austriaco judio, médico de profesión,con número 119,104 llamado Viktor E. Frankl arribó a su cumpleaños 40. El frío se sentía invernal en Türkheim ,Bavaria aunque la primavera boreal había comenzado cinco días antes. Fue su último campo de concentración de los 4 en los que estuvo recluido. Ese cumpleaños lo encontró sumido en alta fiebre contagiado de tifus -la epidemia que cobró muchos miles de vidas en ese crudo invierno europeo. El médico prisionero estimó que de seguir en ese estado de debilidad le quedarían escasas dos semanas de vida. Acuciado por esa conciencia anhelaba intensamente dejar a salvo -al menos- las ideas básicas expresadas en su primera gran obra médica que le fue arrebatada,en manuscrito, a su ingreso en Auschwitz / Birkenau en octubre de 1944. Un compañero y amigo de cautiverio le regaló ese día un puñado de papelitos del basurero -que en el anverso sirvieron para las anotaciones del del jefe medico nazi del campo. Además le obsequió un muy pequeño lápiz para anotar. Durante 16 noches el prisionero escribió en su taquigrafía personal un resumen general de su manuscrito -tarea que le alivió de la fiebre y del delirio que causaba. ¿De qué trató el manuscrito? Esta obra llevó por título " Cura -cuidado- médica del alma". El médico Frankl se pronunció por una atención médica que fuera más allá del cuidado del cuerpo e incorporara el cuidado del ser humano que no sólo se duele sino sufre, se pregunta, se angustia, se interroga sobre el para qué de su vida, de su sufrir, del presente, el futuro, la muerte y el sentido último de pasar por este mundo. En pocas palabras, propuso otra mirada sobre la existencia humana, sobre la enfermedad y sobre la vida - en la que el médico tiene una invitación, un desafío y una responsabilidad personal. Un diálogo entre un médico y sus colegas pero que es benéfico e iluminador para todo ser humano y en particular para quienes transcurren su existencia cerca del padecer y de la búsqueda de un sentido para vivir plenamente.
A 71 años de distancia nuestra sentida gratitud al maestro y amigo.
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