Para una abuela y su única
Nieta huérfana de padre y madre en Siria, les esperó una travesía de algunos cientos de kilómetros , navegaron en lancha de hule inflable durante la noche y naufragaron con riesgo inminente de morir. Salvaron de milagro. Entre sus salvadores estuvieron voluntarios de Médicos sin fronteras y una periodista española que se fue a Grecia para ayudar después
De que se quedó sin trabajo en España. Las primeras palabras de la abuela pasados los días del trauma de su huida fueron: "Lo perdimos todo , sólo conservamos nuestra vida y la fuerza para que mi nieta tenga una vida nueva pues todo se perdió. No supimos qué nos esperaría. Recibir una sonrisa de los voluntarios, un abrazo, un beso en nuestras mejillas, es más que una sopa caliente, más que una cobija y que un techo"
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