jueves, 22 de diciembre de 2016

Diciembre , un antes y un después de

Un 22 de diciembre de 1849 un joven literato ruso estuvo delante del pelotón de fusilamiento y pudo ver una carreta llena de ataúdes en el patio de la fortaleza de San Pedro y San Pablo en San Petersburgo .Un ataúd estuvo destinado para él y los demás ataúdes fueron para sus compañeros de la misma suerte que pertenecieron al Circulo Petrashevsky  -jóvenes idealistas y críticos que querían una sociedad más justa. Como suele suceder, ese movimiento aterrorizó al Zar Nicolas I. Pero, gracias a una súbita reconsideración, llegó la  orden para detener el fusilamiento y conmutar, su pena de muerte, por una condena a 5 años de trabajos forzados  en la prisión  siberiana de Omsk . Frente a la inminencia de la muerte, la prisión fue una oportunidad para volver a vivir  y descubrir el valor del sufrimiento, el para qué de la vida, pese a las circunstancias. Ese muchacho  afianzó su misión como escritor y nos ha dejado su testimonio de 5 terribles años de frío, hambre, dolores y muerte en su obra maestra "Recuerdos de la casa de los muertos"  -semilla para su obra de alcance universal: "Los hermanos Karamazov". Para cuando llegara la hora de su partida de este mundo, dejó anotada la frase bíblica,como epitafio en su lápida, que dice: "En verdad, en verdad les digo que, si el grano de trigo que cae en la tierra  no muere, queda solo; pero si muere produce mucho fruto" -Jn 12:24- Diciembre mes de la Natividad para nacer y renacer, como señaló el buen Fiodor Dostoievsky.


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