nos hemos caracterizado por tener amigos y tener enemigos.
El tener enemigos pareciera que coloca al "otro"
como si fuera de otros especie y de otro planeta.
Dicen lo sabios que cuando odio y rechazo a otro ser humano
hay algo en lo que nos parecemos y así lo anotó lúcidamente
T Todorov:
"... comprender al enemigo
quiere decir también
descubrir en qué
nos parecemos a él..."
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