Una condición de todo lo que está o vive en este mundo es temblar. Todo tiembla, tiembla el fuego, el agua, el aire y tiembla la tierra y vaya cómo tiembla cuando tiembla. Temblar es perder el centro de gravedad por segundos, perder el eje y descentrarse. Temblar nos produce un corrimiento de la seguridad a la impotencia. Temblamos de frío y de rabia, de alegría y de susto, temblamos.Nos tiemblan los brazos las piernas y hasta los dientes tiemblan. Tiemblan suavemente las flores, tiemblan y las nacientes ramas de los árboles tiemblan. Me tiembla la mano, los ojos, todo yo tiemblo y en temblar me reconozco de este mundo. Cuando los temblores son nuestros, de ti y de mi, son nuestros temblores y esos son hermosos como un día dijo Julio: “…y yo te siento temblar contra mí como una luna en el agua”[1]
Es una antología de las Cartas del Desierto que trasmito en Radio Universidad 105.3 FM y 1310AM, Chihuahua. Mexico. Una mirada sobre el mundo, la vida y la historia Social desde el desierto Chihuahuense en el Norte de México. Escribo y comparto mis sentires mientras vamos de camino: Si estas Cartas te ayudan y las reproduces, cita al autor y a la fuente. ¡Gracias por escribir tus comentarios¡ -La vida abre la puerta,nosotros hacemos el camino-
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jueves, 26 de mayo de 2011
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